viernes, 27 de diciembre de 2019

NIRGUA... TIERRA DE MAGIA El Perro y La Rana 2019





Nirgua... Tierra de Magia
Enero 2019







ISBN: 978 - 980 - 14 - 4290 - 5 

Nirgua… Tierra de Magia

 Introducción.-                                                                          

     Hablar de Yaracuy es sumergirnos en un ámbito signado por la magia  y el  misterio donde subyace la cultura poco conocida de los aguerridos indios  Jiraharas-Ayamán y de la bella MaríaLionza como expresiones  mismas de  la  tierra. 

     Verde,   selvática, femenina   y   húmeda  es  Yaracuy. Centro de la geografía nacional, donde se cruzan todos  los caminos,  todos los destinos  y  los creadores  de la   patria. Lugar donde acamparon Diego de Lozada  y sus ejércitos  cuando  iban a fundar  Caracas;  donde  estuvo  Felipe de Hutten (1.541?)  el último de los Welser para ubicar las minas de oro
de las que se presumía existían; donde el señor Capitán General Juan de Villegas, en 1.552 funda Nueva  Segovia de Barquisimeto lugar  donde se localizan  las  minas de oro de Buría; donde   se  reafirma  el  “Tratado de Coche” (1863)donde -según la  tradición oral- se da  el primer  “Grito  de  Libertad en América”.   

   En este panorama alucinante donde  los caminos, ríos y senderos  permitían el  trasporte hasta  los  puertos de embarque  y  poblaciones; donde  la   Compañía  Guipuzcoana  había establecido factorías
para facilitar la  compra-venta de productos,  los Jirahara-Ayamán dieron  batalla  para (1.628)  convertirse  en la  última  tribu en someter los conquistadores españoles  en  tierra firme.

          Es así como presento mi visión del misterio que representa Nirgua...!           


Maigualida Pérez                                                                                                                                         05/09/06
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NIRGUA
TIERRA DE MAGIA

Nirgua, la indomable,tierra de la Libertad, pueblo de luchas y resistencia llena de historias en su devenir por el tiempo. Tierra de Jirajaras, de afrodescendientes, de zambos y mulatos, todas estas sangres se mezclarían y conformarían una nueva sociedad que hasta el presente heredan cada apellido, cada costumbre y cada recuerdo de sus historias y leyendas.

Maigualida Pérez, poetisa de intensa pluma acompañada por la voz del comunicador social Francisco Almarza Córdoba ( † ) se unen para reconstruir esas historias, esas leyendas que constituyen nuestra Identidad Cultural. 
Son esos escritos, esos recuerdos más allá de la memoria plasmados en estas voces para el realce de la historia de un pueblo y así con ello construir y reconstruir memorias colectivas.

En cada micro se recogen los sucesos más destacados de cada época, de cada período; con una intensidad de poeta y una voz cargada de vida que nos transportan al pasado para oír y vivir nuevamente ese pasado nuestro y de todos: El Rey Miguel, Maríalionza, El Fuerte de San Vicente y la Ratificación del y Tratado de Coche de una Nirgua donde la Magia está en su tierra.

Angel Montilla
Lic. Historia del Arte
Docente ULA 




Plumilla del Fuerte San Vicente en las montañas de Nirgua
del Profesor y Gran Amigo Angel Montilla 

Caratula

Ilustración: Ruinas del Fuerte San Vicente en Nirgua, estado Yaracuy.

Técnica: Plumilla

Autor: Angel Montilla

Licenciado en Letras, mención Historia del Arte.

Profesor a dedicación exclusiva de Arte Medieval en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Los Andes.

 

 

  

Nirgua… Tierra de Magia

 

Maigualida Pérez

 

 


Una puerta en el tiempo

  

Acercamiento al libro “Nirgua…Tierra de Magia”

 

  El municipio  Nirgua  representa el lugar donde  vuelvo  con mis ancestros,   es  el espacio donde cobran vida los relatos  que mi abuela  Estéfana solía contarnos  sentada en su hamaca y mientras ella detallaba sus vivencias, el tiempo se paralizaba, nosotros en silencio degustábamos cada unas de sus palabras.. Oír como ella  describía  “Las cumbres”, es decir, el sitio donde ella había nacido en esta municipalidad,  era realmente encantador, yo sentía que podía caminar por esas montañas, ver su casita en la cima  y oler aquellos pastizales. Quizás  por esas razones  siempre le  he manifestado a mis amigos que visitar Nirgua es abrir una puerta en el tiempo,  es  volar con las alas de  imaginación a un pasado reciente donde se realza  el heroísmo, la tradición  y la resistencia de nuestros aborígenes  los Indios Jiraharas-Ayamán .

  Al comenzar la lectura de  “Nirgua…Tierra de Magia”  de la escritora amiga  Maigualida Pérez, me reencontré con un pueblo lleno de memorias, las mismas  que tanto adoraba exponer a mi abuela, en sus párrafos se respira un aire que evoca las costumbres de nuestras provincias, sus coloridas montañas y sus calles empedradas bañadas de siglos. Este libro nos presenta una visión romántica, enigmática  y ecológica del municipio. En este mismo orden de ideas, en el siguiente párrafo del  texto Tratado de Coche observamos lo planteado: 

 

“  Las montañas que rodean a Nirgua, con  la  luz  del  atardecer  de  aquel  día  estelar,  hacían  galas  del  café como una novia toda vestida de  blanco, hermosa  y virginal  que  espera  al  pie  del  altar,  distante   y misteriosa;   ansiosa   y callada  ante  el  bramido  bajo  del   río  que  viene saltarín y cristalino cubierto por  capas  delgadas  de  espuma blanca  que  se evaporan en el curso del mismo.

 

  Como quien logra ver a través del tiempo, cual sacerdotisa la narradora nos transporta en la historia al punto de casi palpar los lugares y situaciones que describe en sus crónicas.  Sus líneas nos sumergen en  un realismo mágico que abarca desde la construcción del  Fuerte  San Vicente, pasando por el grito de libertad  del Negro Miguel, el rey de Buría;  hasta la hermosa leyenda  de nuestra Diosa madre, La reina María Lionza.  En este sentido las palabras del escritor Earle Herrera nos refiere: “Desde épocas remotas, ya  por vía oral o escrita, el hombre va dejando testimonios de su paso por el mundo, gracias a los cuales se conoce el pasado y se explica el presente”. Tal vez bajo esta óptica la autora nos presenta este trabajo impregnado de luz, que como reseña Herrera deja huella más allá del papel y florece en el alma, muestra de ello lo observamos con el siguiente relato titulado MaríaLionza

 

 “Cuenta la leyenda, que  la diosa de  la selva antes  de   entregarse   al  español,  prefirió escapar y desde los altos de  la  zona  de   Los Madrileños, internándose por el cerro del Picacho bajó por los  caminos  entre  la Palma  y  los Cogollos hacia Chivacoa  y  perdió  su   rastro  -desesperada-  en  la  montaña  de   Sorte,  llena  de  tesoros  naturales  donde se  oía  su  canto triste y   lánguido  por  las  tardes.   Dicen  que  el  Español  enamorado  la  buscó  durante   el  tiempo  que le quedo  de vida.  Perdiendo la razón; la oía cantar y  hablar  con  los  animales  del  monte.”

 

  Al pasearnos por  “Nirgua… Tierra de Magia”   descubrimos el sortilegio que envuelve a un  municipio, de igual manera sus páginas colmadas de vida son un aporte a la autoconciencia y autoestima de una sociedad  ya que reivindica  a personas o grupos sociales que  generalmente han sido  excluidos de la historia oficial. En tal sentido, en esta publicación  disfrutamos  del patrimonio cultural de una ciudad  a través de la visión lírica  de la autora, acción esta que nos permite percibir el compromiso social que posee Maigualida Pérez con la tierra que se grabó en sus sentidos como los petroglifos en las piedras del tiempo. Este hecho lo podemos constatar en las  líneas “Nirgua… Tierra de Magia”  texto que presta su nombre a este libro:

 

    “En  la  intimidad  de la montaña, circundada  por quebradas y planicies,  sus   cuerpos   danzan   ataviados   de   la   jerarquía  que   les  otorgan    sus  hermanos  y  en  la piedra dejan la huella  indeleble  de  su  histórico  paso  por  esta  tierra  llena  de   bondades   y belleza que es Nirgua:  Nirva  del Callao;  Nirua la del Prado!”

David Figueroa González

 

 

Tratado de Coche 


…Todos  esos  hombres  a  caballo,  con  sus  uniformes  se   imponían  por  encima  del

sudor y la polvareda.  Las botas de los militares eran de cuero  y aunque la tierra heroica

las cubría,  resplandecían  con  la luz  del  camino y  las  esperanzas  de los que parieron 

la  patria  grande  a  caballo… En el calor de  aquel día de mayo en  que  se juntaron  los 

 hombres  de  gobierno en  la  casa  grande  de  los  Ojeda,  frente  a la  plaza,  se  detuvo 

 el   tiempo  cuando  Guzmán  Blanco,  procedente  de  Yaritagua  y  rumbo  a  la  capital 

 se  hospedo allí con  la encomienda   de   ratificar  el   tratado   donde   el  general   Páez 

 entregaría  la  presidencia   al  general  Falcón.  El  movimiento  de   los  habitantes   del 

 pueblo  se  concentró  en   la  plaza   preguntando  que  ocurría;  porqué  esos  forasteros 

 místicos de  quien sabe donde   llegaron  y  preguntándose   ¿Quien es   ese   musiú  que

 entró  allí  y a qué?      

    Las  nativas  miraban  por  las hendijas   de  las  ventanas  y   los   humildes   hombres 

 del   lugar   miraban   atónitos   y   confundidos   el episodio que desencadenaría  nuevos 

 derroteros para la patria.

 

    Desde  afuera,  en  la iglesia, alguien trataba de escuchar lo que adentro ocurría: 

  Los  hombres  discutían  la  pacificación  del  país  celebrando  un convenio…

 

Repetía:

 

    Se  convocara  una  Asamblea  para   el   trigésimo   día   después   de  canjeada  la 

 ratificación   de   éste  convenio,  o    para  antes,   si  fuese    posible  reunir   el  quorum 

 correspondiente.

     Esta  Asamblea  constará  de  ochenta   miembros  elegidos,  la  mitad  por  el  Jefe 

 Supremo de la República,  y  la otra mitad por el Presidente Provisorio de la Federación.

      En el instante  de  reunirse la Asamblea el Jefe Supremo entregará a ésta el  mando

 de la República.

    El  primer acto  de  la  Asamblea  será  el  nombramiento  del  gobierno  que  ha  de 

 presidir la República mientras ésta se organiza.

    Desde   los  días   próximos  a  la  reunión  de  la   Asamblea, la  ciudad de Valencia 

 No  tendrá  más guarnición que una pequeña  fuerza    para  cuidar   del   orden  público,  

 la   mitad  destinada  por  el  Jefe Supremo,  la otra  mitad  por  el Presidente  Provisorio

 de la Federación.

   Cesan completamente las hostilidades,  y no  se  puede  ordenar  ningún movimiento 

 de tropas, ni  reclutamiento,  ni  nada que indique preparativos de guerra.

   Así,   el   General    Páez   como   el   General   Falcón   emplearán   sus  respectivos

 ascendientes en calmar las pasiones agitadas por la guerra,  y en que la situación que  va 

 a  sobrevenir sea tan pacífica, libre y durable como la necesita  la  Patria  para reponerse

 de sus quebrantos… 

 

   …Los  pobladores,  en   su  mayoría,  no  entendían  que estaba diciendo aquel  perico 

 desatinado  que  hablaba en otro idioma y sonreían ocultando sus caras  tras  sus   burros 

 y  bastimento.  Hombres del  pueblo,  mitad  indígenas,  mitad  mestizos:  zambos,  que 

 sólo  veían  en  los Señores  al  extraño  que  se apoderó   de  sus  tierras  y  sus  vidas

 de  forma  brutal  y despiadada;  Señores  que les robaron a sus mujeres  y  las  preñaron

 en  actos   de   violencia   cuatrocientos   años   atrás   sin   la   menor   compasión   por

 las descendencias, perdiendo así, la pureza de su raza.

 

   Mientras los  hombres  continuaban  discutiendo, sentados  muchos  y  de  pié algunos

 entorno  a  una  mesa  grande  en  la  casa  colonial  que  colindaba  con  la  iglesia  a  su 

 izquierda, y que  por 1 día fue  el centro de  la vida republicana, en la plaza  del  pueblo,

 sentado y meditabundo, un individuo  con  aspecto de  entendido  y  sabio, observaba  el 

 movimiento  de  aquel  día  que  se  acercaba  a  su  final.  El  sol  sobre  las  tejas  daban 

 una  tonalidad  naranja  al  espectro, mientras un olor a  orquídeas  perfumaba la plaza  y 

 el centro  del  pueblo  con  sus  calles empedradas, calles  que  aún a mediados del  siglo 

 XX  continuaban  guardando su apariencia de ingenuidad   propia  de  la  provincia.  Las

 montañas que rodean a Nirgua, con  la  luz  del  atardecer  de  aquel  día  estelar,  hacían 

 galas  del  café como una novia toda vestida de  blanco, hermosa  y virginal  que  espera 

 al  pie  del  altar,  distante   y misteriosa;   ansiosa   y callada  ante  el  bramido  bajo  del  

 río  que  viene saltarín y cristalino cubierto por  capas  delgadas  de  espuma blanca  que 

 se evaporan en el curso del mismo.

 

    Fue ese bramido  discreto el que le hizo atrapar en el recuerdo, cuando en 1.551(…) el

 teniente   Juan  Bautista  Veintemilla, hacia arrastrar  desde  el  río Buría,  las  piedras  y

 ladrillos  para  construir  un  fuerte  en  la montaña adentro (12kms arriba) para tener  un

 cuartel  con  subterráneos   y   donde   Diego  de  Lozada  pernoctó  una noche de 1.560, 

 pero esa, es otra historia…      

 

 

  

San Vicente

 

     ...En  el silencio de    la  tarde,  la  polvareda  del  camino  penetra   las  fosas   nasales 

 dejando  una  tos  seca que  cosquillea en los oídos.  Los  vehículos  rústicos  que  suben 

 y   bajan  a   un  costado  de   la   construcción,  no  se  detienen a observar.   Es un viaje

 más;  es rutina.  ¡Es trabajo!

 

     La neblina, como algodón azucarado, se  desvanece  mientras la  mirada,  atraviesa  la 

 densidad  del  fenómeno   por   donde   se  cuelan  imágenes  y  sonidos que emergen  de

 la  tierra  escondida  en  el  tiempo,  he  impone  el silencio  de  los  viajeros  que   hacen 

un  alto  para  contemplar  la majestuosidad de “San Vicente”.

 

     Ante  tanto   misterio,   avanzan  al  interior de la estructura, pensando  en  los  bichos 

 rastreros  que   se  esconden  en  la  maleza  y  que  integran   el  conjunto,  internándose 

por  los  túneles  que  se desplazan  en  un  recorrido fantástico   hasta  otro  extremo   de  

 la   montaña…  hacia  la profundidad  en la historia.

 

      El golpeteo de  herramientas contra  la piedra y  la tierra hacen  la atmósfera  marrón,

 seca y calurosa. Los zambos, brillantes por el esfuerzo que  requería el trabajo, goteaban

 sudorosos y agotados…

 

¡…Trabajad, inútiles!... ¡Trabajad!

 

  Con la amenaza del  látigo y los mosquetes, estos, no tenían más que hacer sino fabricar 

 ladrillos  de  adobe  y arrastrar  piedras  cuesta  arriba,  12 kilómetros desde el río Buría,

 hasta  alcanzar,  en   La  Montañita,  el  lugar  destacado   por  el  teniente Juan  Bautista 

 Veintemilla  para  construir   El  Fuerte  Real  Minas de Buría,  el  único  fuerte  tierra

 adentro  de  toda  América… y  ubicado  cerca  de   Santa Ana  de Alquiza  que  era  el

 camino real a Caracas…

 

Inútiles negros… Indios mal olientes, ¡Trabajad!

 

     La  historia   emergía  fiel   y  cruda.   Los   españoles  dirigían  la   obra   maestra  de

 ingeniería,  una   fortaleza  para  cuidar   los  caminos, las  riquezas  allí  almacenadas  y

 acuartelar  a  los  enemigos que  no serían otros que  los verdaderos dueños  de la  tierra: 

 Los Indios Jiraharas-Ayamán que ante el atropello del invasor europeo  se  mimetizaban 

 para  así  obstaculizar  los asentamientos.

    La  construcción  se  eleva  hasta  el  cielo  con  sus  pilares  imponentes y  el  mirador

 alcanza    los   sueños   que   llevaron   a   una  lucha  que   tomo   casi  100   años   a  los

 conquistadores  para  consolidar  la  fundación.  En  lo  profundo  de  la  tierra  y  en  las

 paredes del fuerte dejaron las muestras de luchas sangrientas, manifestaciones  artísticas  

 que dan  fe  de  su  existencia,  de  su  organización  social  y  la  belleza  mítica   de  sus

 paisajes.

 

     Cuenta  la  historia  que  por  los  años 1.566?(...) cuando  Don Diego de  Lozada  iba 

 a   fundar   Caracas,  se  detuvo   cansado  del  viaje   proveniente  de   la  Provincia    de  

 Barquisimeto  y   pernoctó  allí, en  el  poblado  que estaba  al  pie  del  “Fuerte Real  de 

 San  Juan  de  Buría”  con  sus  tropas  y  en  gesto  de  bienvenida,  el  gobernador de la

 provincia: Pedro Ponce, ofreció  una corrida  de  toros, la  primera  efectuada  en  tierras

 de  Nueva Jerez  del  Rey, donde  los   animales   fueron  expuesto  en  la  manifestación 

 taurina,  tradicional  del viejo continente  y entre Pases de Capote y Muleta comienza el

 matador

 


     …En un gesto de  admiración   saludan  al   toro que sale a la arena,  cabecea 

 los tableros,  atento  a los movimientos del  peonaje,  embiste  a  la capa  con 

 nobleza.   Dándole  el   pecho  al animal, el torero hace giros suaves con el cuerpo,

 luciendo la muleta en la mano izquierda y sujeta en la derecha la espada…

 

 Como  en  una  vieja  danza colonial, la vida del animal esta  en  las  manos del matador

 que lo seduce  con el filo de su espada amenazadora  y disimula el  dolor con  su  capote

 oscuro y elegante…

  

    ...En  derechura  al toro, apoya  en  la  cadera  la  espada  y  adelanta con

 suavidad la pierna de ese lado; lo atrae, curvando su trayectoria en un pase

 natural que prepara al animal para amansarlo…

 

 Los  espectadores  celebran  el  acto  con expresiones de aprobación que no alerten  al

 toro de su destino…

 

…Bajando la mano, remata atrás, a su espalda y acompaña el recorrido

del cuerpo de la res…

 

Exclamaba    Don  Diego  maravillado   por  la   exposición   taurina   en   aquel    marco

 embriagador y el  alcance  visual  del   terreno   desde   la  altura  en   las   montañas   de

 Nirgua…

 

    …La  estocada  final,  penetra  hasta la  empuñadura  del cuerpo del bovino: En

 la cruz, dándole el remate lógico a  la  suerte del animal.  El  torero  muy  ceñido al

 animal, adelanta  la  pierna  y  lo llama, con  el  dorso  de  la muleta  para  hacerlo 

 girar  y  le   hace pasar, recorriendo, con lentitud de “Pitón a Rabo”…

 

  Lo cita al centro del platillo y recibe su embestida por un lado…

 

     El  matador  gana  terreno   en  cada  muletazo  y  lo  lleva  así  al  punto  que   desea,

 quebrantándolo e imponiendo el  mando…  El  toro  ha  pasado en  breve  tiempo  de  la 

 apacible tranquilidad  de  la  vida  en  el  campo  a  un encuentro con lo desconocido...

     En   sus  querencias  comienza  a   buscar  la  salida  dando  saltos  sin  hacer  caso 

 de nada  ni  de  nadie… Suena  el  clarín en el último instante de la faena y aquel en el

 que,  más igualados están ante la muerte.

 

    Nunca se  dijo cuanto tiempo descanso  y  se  re-abasteció  Diego  de Lozada por estas 

 tierras,  lo   cierto  es    que   hoy,   San   Vicente,  ciudadela   fantasma,  grita  silenciosa

 reclamando  su  lugar   entre  la mitología   y  la historia.

   Cuenta  la  leyenda  que   fue   aquí,  donde   El Negro Miguel  dio  el primer  grito  de 

 Libertad  para  los  hombres   de  estas tierras,  pero  esa,  es   otra historia…

 

   

 

MaríaLionza

  

 …A  pelo,  el   hombre  montado   en   su  caballo  -a   toda   carrera-  cruza   el  camino

 húmedo  y  verde  de la  tarde  de  septiembre.  El   sol  tropical  en  la espalda,  montaña 

 arriba,  corría  con  el  sudor   resbalando  por  el   cuerpo,  vestido   de   ropas   finas    y 

 elegantes  propias   del   europeo  del   siglo  de   la  conquista;  el  fogaje  en   el  cuerpo 

 atizaba  el  aspecto  de  desesperación que le perseguía, desde el día aquel que conoció

 a la india.

    Pasa  como  un soplido por el camino, dejando hojas que se levantan de la tierra  y   en

 el  aire, los  ecos  de  cascos   del  caballo  -que  agotado-  respira  con  fuerza  y  brama,

 quejándose   por   la  angustia  del   amo.  Cuesta  arriba,   pasa   por  donde  viven    Los

 Madrileños  hasta  llegar  al centro de la montaña y desde  La Chapa  toma el camino de

 la   quebrada   cristalina  y   templada;  atraviesa  el  curso,  tratando  de  no  dejar  rastro 

 de  su  infeliz  humanidad  perseguida  por el  perfume de  hembra indómita. Sumergido

 hasta el cuello en   el riachuelo, gime su pena  de  pasión,  golpeando  la  superficie   del

 agua   para   intentar  oculta   lagrimas  de  hombre  en  celo,  que  brotan  y  lo bañan de 

 angustia, ante  lo  que parece evidente:  La  locura  se  apoderó  de  su  cuerpo  y  no hay

 remedio que lo cure!

 

   Vigilante;  oculto   entre   los  árboles,  observa  a  la  india  que  pasea  por  la   vereda

 cantando al agua, al viento, a los animales de la mañana caliente cercana al medio día. 

   Los  pies   desnudos   con  cascabeles  de  conchas en los tobillos dejan el rastro sonoro

 que  transita;  su  cabello  negro  azabache  suelto,  indican  la  dirección del  viento  y el

 color tostado  de  su piel como el cobre, hablan del linaje de la raza a  la cual  pertenece: 

 Jirahara-Ayamán,   ancestral,    tenaz,  dueña  de  todos   esos  territorios  hasta  donde

 alcanza la vista,  y  mas  atrás  del  macizo de Nirgua.  Allá  desde  donde  nace  el sol  y

 por donde se oculta el día. MaríaLionza, heredera  de  esos  prados,   hija  de   guerreros:  

 ¡Una  guerrera más!

 

   El conquistador espera con paciencia.  Como  asedia  el cazador a su presa: la mide, la

 huele.  Aspira  profundo  en el viento  para sentir el perfume... El  de  ella!  Y esperando 

 que  se  interne  en  la  montaña, con cautela, la  sigue.  En  el  monte,  donde los árboles

 son tan grandes y verdes que  la  luz  del   sol  se  filtra  como  cocuyitos  tempraneros  y 

 la  cúpula  es  verde  de vida, allí la atrapó. Como la rareza mas  preciada, la lanzó sobre

 su  hombro  y  corrió   internándose  en  lo profundo  de  la  montaña.   Como  animal  la

 sometió, y le ofreció su reino de plagios a cambio de favores solo para Él.

 

  Cuenta la leyenda, que  la diosa de  la selva antes  de   entregarse   al  español,  prefirió

 escapar y desde los altos de  la  zona  de   Los Madrileños, internándose por el cerro del

 Picacho bajó por los  caminos  entre  la Palma  y  los Cogollos hacia Chivacoa  y  perdió 

 su   rastro  -desesperada-  en  la  montaña  de   Sorte,  llena  de  tesoros  naturales 

 donde se  oía  su  canto triste y   lánguido  por  las  tardes.   Dicen  que  el  Español 

 enamorado  la  buscó  durante   el  tiempo  que le quedo  de vida.  Perdiendo la razón;  

 la oía cantar y  hablar  con  los  animales  del  monte. La veía bañándose  en los  ríos  y 

 bajo  la  lluvia. Enloqueció de amor...

 

 Fue  por aquí, por estos  mismos caminos, que durante 93 años de luchas encarnizadas,

 la  etnia  originaria  Jirahara-Ayamán  reinventó  a   la  última  tribu   en   someter  los 

 europeos  en  tierras  americanas,  pero  esa, es otra historia…

 

 

 

Miguel


…En  la  profundidad  de la  selva  llena  de cedros,  robles, guayacanes  y  caobas,   sus  

 dientes  resplandecían,  alumbrando la  noche  antillana, señalando  el  camino  a  seguir 

 por  los  otros  integrantes  del   ejército  de  negros  que  buscaban  provisiones  para  su

 comuna.  Bajo la luna llena, en  un  cielo  claro,  enmarcado  por   nubes  plateadas   que 

 permitían  ver  las estrellas  salpicadas  en  rondas de colores diminutos   y   escarchados  

 el  Negro  Miguel  se  encomendaba  al  espíritu de  Napiruli  creador del  miuri mirando  

 las   enormes   palmas  que proyectaban  su sombra   sobre    el   sembradío  de bananas,

 uvas, ananás y limones; toronjas y dátiles.  En la superficie del Nigua se lee  la  tragedia 

 que  llegó  con  los  Filibusteros  en 1.492  y  que  por  los 1.600  acabó  de sarampión  y

 viruela  con los originarios de la tierra  arawak.

 

  Observando  el  río, encomienda su conuco  mientras enciende la montaña por dos días

 para luego sembrar  el ñame, la yuca,  el ají; el maíz y el trigo. Hablador y  pendenciero;

 lleno  de  sueños,  amedrentaba   a  sus  hermanos  en  convertirlos  en  garzas  blancas

 o pájaros carpinteros por desobedientes  al momento  de impartir su orden.

 

   Aquel  negro  de complexión fuerte  y estatura media, al exponerse al sol, resplandecía  

 en  tonos   que  iban  del  negro  limpio  al   morado  que   se  esconde  –sutilmente-  tras 

 el  pellejo   prensado.   En  sus   ojos  negros  y  profundos, se dibujaba  el  fuego  de  su 

 espíritu  rebelde  y contestatario;  antillano y  guerrero. Líder  resabiado;   su  dentadura, 

 tenía   fama  de iluminar   las  noches  oscuras   del    invierno  de    Quiqueya,   llena de

 estrepitosas capas grises, como un escudo de cenizas que cubrían el Macizo del Cibao.

 

    En   la   profundidad  de  su  isla,  llena  de  pájaros  de  plumajes  y  cantos   de   gran

 hermosura;  a  las  orillas  de los ríos Ozama, Haina, Nigua, Nissao, Ocona o  Yane, que

 bañan   la   extensión,  haciéndola  fértil  y  luego  de  su  faena diaria, retoza, echando a

 volar sus sueños de grandeza en un  reino de  fantasías  irrealizables.   En  compañía  del 

 Negro,  los  Lucayas, Tainos, Ciguayos  y Caribes no se extraviaban,  la  luz de  Miguel

 protegía  -como  don  divino-  la  búsqueda;   con  solo  abrir  la  boca  todo  el  camino

 quedaba  iluminado… 

    El haitiano, en su isla, fue atrapado  por  los  españoles.  En una lucha  sin precedentes

 los  obligaron  a  abordar  los  barcos para ser llevados más  allá  del  horizonte… a  otra 

 tierra  donde  los bosques eran infinitos pero la luna seguía siendo la guía.  En condición 

 de  esclavos  los trajeron a tierra firme, directo a las minas  de  Buría  -Tierra de  Magia- 

 a  trabajar   y  sobrevivir  como animales en suelo  hirviente y de  lagos humeantes  bajo

 la supervisión  de  capitanes  infames y despiadados  que,  con el blanco látigo hablaban 

 y   –rodeados  de  moscas-  terminaban  en  la  superficie   rugosa  si  no  obedecían   las 

 ordenes…  pero  el  Negro Miguel muestra su  fuerza;  en 1.551 se subleva en la primera 

 rebelión  que  se  tiene  noticias  en tierra  firme. En lucha  cuerpo a  cuerpo  se  apodera 

 de  una espada hiriendo a  varios  de  sus  guardianes  y huyendo, daba  gritos  de  dolor, 

 mostrando los dientes que rechinaban de  ira. A  partir de  allí, se convertirá  en  leyenda  

 con  un escuadrón de esclavos que se suman a su causa  atacando  a Buría.  En  una 

 sola  noche, degollaron a todos los españoles del sitio…

     Cuenta  la  tradición oral que  llegó  a  ser  el  Rey  de  Buría,  construyendo  un  reino 

 y  Curbudare se llamaría su capital; su esposa Giomar su  Reina; un  esclavo  hechicero: 

 el   Obispo,  y  extendió  sus  dominios  atacando   a  Nueva  Segovia  de   Barquisimeto 

 con  un  ejercito de  Jirajaras  y  esclavos  negros.  La  incendian  parcialmente   hasta  la 

 plaza   mayor,  creando   un estado  de  terror y zozobra ante tal embestida.

    A Miguel  lo  sorprenden  en  su  campamento  y  un  disparo de  ballesta,  hecho  por

 Diego de Escorcha, acaba con su vida una oscura noche, lejos de su azul Haití…

   Haití,  Azul  y  Cobriza;  la  del  Paso  de  los  Vientos;  con   Esencias  y  Aromas  de

 Añejo  y  Café!  La tierra  hermana  que  cobijó  y  consolidó  los sueños  Libertarios  de 

 Bolívar  en  el  tiempo.  Por ello, ésta  -también-  es parte de La Historia! 

  *Baniva:   Tribu antillana de lengua Arawak.    

 *Napiruli: Héroe cultural creador del Miuri (conuco)

*Quiqueya: Nombre originario de la Isla - Nombre del proceso de la conquista  La Española

 *Paso de los Vientos: O estrecho de Maisí, se encuentra al oeste de Haití, separándola de Cuba.

 *El Negro Miguel aparece  entre 1.551 -o- 1.552  como  la  primera Rebelión en esta parte del continente americano.

*Miguel es el emblema libertario del indígena atribuyéndolo a la sabia y hermosa tradición oral.

  

 

 

Nirgua… Tierra de Magia

 

      ... En  el  medio de  la  selva  se  escuchan  los  rumores  que llaman  a  la  lluvia y en

 un lento giro musical, los ejecutantes hacen el ritual maravilloso de rondas consecutivas 

 inclinando  hacia   adelante   y   hacia   atrás  los  cuerpos  sudorosos  que  en  el frenesí  

 del   fuego  manan   con  energías   el   liquido   contenido  de   la  materia.  Materia  que

 agotada  por  el  acto  mismo, comienza  a traspasar  el plano  real  para  conectarse  con 

el  espíritu  de  la   Madre Universal  entonando   los  cantos  que  alaban  a  la  tierra,  al

 agua, a la  lluvia, al  río,  al  vientre protector  y generador de la vida… A  la Naturaleza.

    Con  las manos pintan  y  tallan  en  la  piedra  las formas  de  los  dioses benefactores,

 develando así  - para las futuras generaciones- las caras y los cuerpos  de  los  elementos 

 primigenios  que  conducen   su  pueblo.   Con  plumas  y  caracoles;  madera,  semillas,

 capachos  y conchas,  danzan  ante  el  gran hallazgo del hombre que es el fuego; ante el 

 río,  fecundador  de  la  tierra;  ante  el Sol,  el gran dador de  vida;  la  Luna  compañera

 permanente  de  las  noches tibias  de  deseo  y  comunión  para  engendrar  la   herencia

 donde confluirán lo ancestral y el futuro, lo viejo y lo nuevo; ante  la lluvia –que creían-  

 savia   de   la  chicha  que  vertía  la  pareja  creadora,  cuando   se  emborrachaban… Y

 cantando   en   lengua  Chibcha  del   tronco  Arawak,   piden   a   esos   dioses    por   la 

 preservación   de   su   mundo   elemental  y    primigenio;  por  la   preservación    en  el

 tiempo  de  la casta  Jirahara-Ayamán,  durante   el eclipse sangrante  para   que  la  luna 

 no muriera,  porque  si ésta moría, moría el hombre.

     En  la  intimidad  de la montaña, circundada  por quebradas y planicies,  sus   cuerpos  

 danzan   ataviados   de   la   jerarquía  que   les  otorgan    sus  hermanos  y  en  la piedra

 dejan la huella  indeleble  de  su  histórico  paso  por  esta  tierra  llena  de   bondades   y

 belleza que es Nirgua:  Nirva  del Callao;  Nirua la del Prado


Cito:

 

 […Cierto que toda aquella enseñanza fue presidida por un criterio principalmente    

 especulativo,  y  que  la   experimentación   anduvo bastante descuidada; cierto que 

 las ciencias físicas  y  naturales jugaron un papel completamente secundario; cierto

 que la teología y el derecho canónico, y  aún  las  sutilezas  escolásticas, tuvieron

 no digamos  puesto  primordial,  sino  puesto  dirigente;  cierto  que  se  abuso  a 

 cada paso del criterio de autoridad y que  toda  aquella filosofía  decadente,  tan 

 alejada del   verdadero   espíritu  de la escuela,    estaba   pidiendo   a  gritos

 remozamiento  y  nueva dirección.  Todo esto  es, desgraciadamente, exacto;  pero

  no  lo  es  menos  que  el  mal  no  fue  exclusivamente  de Venezuela, ni de  las

  colonias  españolas, ni de España;  se  extendía  por toda  Europa,  de Oriente a

  Poniente, de   Septentrión  a  Mediodía, caracterizando  toda  una  época  y no

  como  exclusivo  de una nación determinada…]

 

                                                                                                   Caracciolo Parra León.

 

Discurso de incorporación a la Academia Nacional de la Historia

 

*Cita tomada del libro Historia de Venezuela 7mo Grado.

*Autor: Alberto Arias Amaro

 

 

 

Nirgua… Tierra de Magia

 

Indice

 

Tratado de Coche

San Vicente

MaríaLionza

Miguel

Nirgua… Tierra de Magia

 

 


 Como Narrativa:


*Ganadores de 1ra GRAN EXPLOSIÓN BICENTENARIA–Nirgua–Yaracuy-2010.

*Publicados en revista Centro-Occidente NIVAR ES YARACUY.

* Publicados por periódicos NOTICIAS D´MUJERES, LA MANCHA, tiraje nacional.

 

  Como Audio:

 

*Grabados en la emisora comunitaria PICACHO 98.5 Fm – Nirgua – Yaracuy 2006

*Transmitidos en La Librería Mediática RNV 2006

*Transmitidos por las emisoras: RNV Am y Fm, Arte 97.5 Fm-

  Gran Caracas, Picacho 98.5 Fm, Nirgueña 88.3 Fm y La Reina  Nirgua – Yaracuy.

*Presentado por ANMCLA – Yaracuy en Encuentro Nacional de Medios Alternativos

   y Comunitarios 2010 como el “Nuevo Modelo de Hacer Radio”.





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